¿Cuántas tomas de calostro son suficientes para un buen encalostrado?

Artículo técnico publicado en el nº 258 (nov-dic 2023) de la revista Frisona Española

El asunto del encalostrado en los terneros ha sido siempre un tema muy querido para mí. Acabada la licenciatura en veterinaria en 1984, además de trabajar inmediatamente como clínico, quise seguir la carrera académica y para ello había que sacarse el título de lo que entonces se llamaba licenciado de grado. Se podía hacer por medio de un examen o haciendo un estudio de investigación que se llamaba tesina. Entonces éramos pocos los que obteníamos el grado ya que solo era necesario para luego poder hacer el doctorado. Hoy día todos los alumnos deben presentar y defender oralmente un trabajo de fin de grado para poder obtener el título de grado en veterinaria.

El tema que elegí para hacer la tesina fue el encalostrado de los terneros. En aquellos años ya se conocía la importancia del calostro, de hecho, el primer artículo data de 1922 y para los 80 había bastante bibliografía científica, pero nada que ver con lo que pasa a partir de inicios de este siglo. Hoy en día la cantidad de información científica y divulgativa es inmensa.

Cuando empecé a trabajar en los 80 aún se usaban prácticas antiguas para sustituir al calostro. Si una vaca no tenía calostro, a los terneros se les daban “fórmulas caseras” que solían llevar leche, clara de huevo y los más variopintos componentes.

Hoy en día, no somos sólo los veterinarios los que sabemos de su importancia, todos los ganaderos lo saben y no creo que haya ninguno que no tenga calostro congelado por si alguna vaca no tuviera calostro para su ternero en el momento del parto.

La verdad es que, como tantas veces pasa, las investigaciones y posterior divulgación se pusieron en marcha gracias a las empresas farmacéuticas que lanzaron productos para la prevención o el tratamiento de la diarrea. Las primeras vacunas que aparecieron en el mercado se aplicaban en el ternero recién nacido por vía oral. No funcionaron. Un poco más tarde aparecieron las inyectables que se aplicaban a la madre y la protección la pasaban al ternero a través del calostro. Este tipo de vacunas son las que se siguen usando en la actualidad.

Dado que el efecto protector de la vacunación a la madre solo se produce si el calostro se administra adecuadamente, las investigaciones y la divulgación consecuente se centraron en la realización correcta del encalostrado. 

Tomas para un encalostrado correcto

¿Y qué es un encalostrado correcto? Aunque pueda parecer un proceso bien documentado y conocido, lo cierto es que continuamente aparecen nuevos estudios que lo mejoran. Hace un tiempo leí una regla mnemotécnica sencilla: 4-4-4. Consiste en ordeñar a la madre antes de 4 horas posparto y administrar al ternero 4 litros de calostro antes de 4 horas de vida. Realmente cuanto antes se ordeñe la vaca y se administre el calostro al ternero después del nacimiento, mejor. Hacer ambas acciones en las dos primeras horas es mejor que a las cuatro horas, pero desde luego que hacerlo a las cuatro horas es mejor que a las doce horas de parida y nacido respectivamente ya que la concentración de inmunoglobulinas en el calostro y la absorción de estas por parte del ternero van disminuyendo poco a poco desde el primer momento. En lo que al volumen de calostro a administrar se refiere, cuatro litros supera, en la mayor parte de los casos, a la norma más ajustada de administrar entre el 10 % y el 12 % del peso vivo del ternero, ya que hay muchos más terneros de menos de cuarenta kilos de peso al nacimiento que con un peso supe-rior. Pero desde luego el calostro tiene que ser de calidad, debiendo tener más de 50 g/L de IgG.

¿Y cómo podemos saber que el encalostrado se ha realizado correctamente? Pues el método más sencillo es determinar las proteínas que tiene en la sangre el ternero entre uno y tres o cuatro días después del encalostrado. Como el solvente del suero es agua y las proteínas son solutos, a más proteínas más densidad del suero sanguíneo. El único tipo de proteínas que varía tras el encalostrado son las inmunoglobulinas, por lo tanto, cuanta más densidad tenga el suero más inmunoglobulinas se han absorbido y ello solo puede ser debido a que el ternero tomó una buena cantidad de calostro en el momento debido. La densidad se mide con un refractómetro bien óptico, bien electrónico, que puede estar directamente calibrado en gramos de proteína por decilitro, o en grados Brix, que se abrevia como ºBx o %Bx, que es el porcentaje de un soluto en un líquido -originalmente se hizo midiendo el azúcar en agua-. 

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Artículo técnico publicado por Juan Vicente González Martín y Ángel Revilla Ruiz en el número 258 de la revista Frisona Española, correspondiente a los meses de noviembre y diciembre de 2023.