¿De quién será este feto?
Artículo técnico publicado en el número 240 de la revista Frisona Española
Una parte importante en los estudios de veterinaria desde el mismo comienzo de la primera escuela universitaria, el Real Colegio-Escuela de Veterinaria de Madrid, en 1792, fueron los métodos para identificar de manera individual a los animales así como determinar su edad. Se hacía por medio de las diferentes medidas anatómicas del animal; la identificación de las marcas tradicionales como cortes de oreja y marcas de fuego; las características de su pelo como el color, los remolinos, etc.; y la edad por las características de la dentición temporal y definitiva. Todos esos conocimientos los estudiábamos en una asignatura denominada Etnología.
Pero todo cambió cuando a finales de los ochenta apareció la encefalopatía espongiforme bovina y sobre todo a raíz del desastre sanitario que supuso la aparición de los primeros casos mortales en personas a partir del año 1996. La medida que tomó el Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea fue garantizar la trazabilidad de la carne de vacuno. Para ello desarrollaron el Reglamento (CE) 820/97 del Consejo, de 21 de abril, por el que se establecía el sistema de identificación y registro de los animales de la especie bovina. Así, a partir del 1 de enero de 1998 todo el ganado bovino debía estar identificado de manera inequívoca y además registrado en sistemas informatizados en toda la Unión Europea.
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Artículo técnico publicado por Juan Vicente González Martín en el número 240 de la Revista Frisona Española.
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