¿Será la alimentación la causa de las cojeras?
Artículo técnico publicado en el número 250 de la revista Frisona Española
Una vez más viajábamos hacía Cantabria para atender un requerimiento sobre un conflicto entre un proveedor de pienso, en este caso una gran cooperativa, y un ganadero. Subíamos en coche, porque nos gusta conducir y el puerto del Escudo es uno de los paisajes más bonitos de España. Pero sobre todo, llevábamos el coche porque queremos contar con todo el equipo de trabajo por lo que podamos necesitar, desde material de exploración y de toma de muestras, con formol y nevera para conservarlas, hasta equipo de necropsias, de podología, o incluso de cirugía para poder hacer biopsias si fuera necesario. Evidentemente viajar en transporte público con todas esas cosas es complicado.
Los conflictos entre los suministradores de alimentación para el ganado, especialmente el pienso, y los ganaderos son muy comunes. Hemos trabajado en muchas ocasiones requeridos por uno u otro lado del conflicto e incluso en ocasiones requeridos por un tercer actor: el nutrólogo. Hemos trabajado en casos de ganado lechero, de cebo y de extensivo. Y lo hemos hecho también en todos los grados posibles del conflicto, desde asesores de ambas partes en situaciones en las que la confianza entre el proveedor y el ganadero era total y lo que buscaban era el diagnóstico de un problema, hasta en el peor de los casos, como peritos en demandas judiciales. Evidentemente, como más a gusto y mejor se puede trabajar es cuando ambas partes están previamente de acuerdo, la colaboración es total y por lo tanto, la probabilidad de hacer un diagnóstico correcto y encontrar soluciones al problema es máxima.
En el caso que nos ocupa, nuestros servicios habían sido requeridos por el proveedor del pienso, una gran cooperativa de la zona. La cooperativa, o mejor dicho su gerente, nos había dicho de antemano que lo que quería era saber lo que pasaba en la granja, que si el causante era el pienso, lo asumirían sin problema. ¿Y cuál era el problema? La granja tenía dificultades de todo tipo: baja producción, bajas calidades de leche, alto desecho involuntario y sobre todo, cojeras. El ganadero achacaba sus problemas al pienso y quería que la cooperativa lo reconociera.
Si quieres leer el artículo completo, puedes descargarlo desde este enlace o también desde "Documentos".
Artículo técnico publicado por Ángel Revilla Ruiz y Juan Vicente González Martín en el número 250 de la revista Frisona Española.
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