#RealidadGanadera: La OMSA informa de una disminución significativa en el uso de antimicrobianos en animales a nivel mundial
Campaña en la que colabora CONAFE junto a otras organizaciones del sector
Remitido.- La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) publicó recientemente un informe histórico que muestra un progreso alentador en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. Según este nuevo análisis, el uso mundial de antimicrobianos en animales ha disminuido un 13% en tres años, lo que marca un cambio significativo en los esfuerzos continuos para preservar la eficacia de estos medicamentos críticos.
Nunca debemos olvidar que los medicamentos antimicrobianos, como los antibióticos, allanaron el camino para mejorar las condiciones de vida de los seres humanos y los animales, protegiéndolos de infecciones graves y de la muerte. Sin embargo, hoy en día, debido a su uso indebido y excesivo en diferentes sectores, estos medicamentos que salvan vidas están perdiendo su eficacia, provocando “resistencia a los antimicrobianos”.
La autoridad mundial en salud animal, OMSA, ha estado recopilando información sobre el uso de antimicrobianos en animales desde 2015 y publicando un informe anual. De estos informes se desprenden los constantes esfuerzos por reducir el uso de antibióticos en el sector de la salud animal en todo el mundo. El último informe también muestra una disminución en el uso de antimicrobianos considerados de importancia crítica para la salud humana.
Hablamos con el Dr. Javier Yugueros-Marcos, Jefe del Departamento de Resistencia a los Antimicrobianos y Productos Veterinarios, sobre las acciones de la OMSA y la reducción del uso de antibióticos veterinarios.
Dr. Yugueros-Marcos, ¿por qué cree que se ha producido esta reducción en el uso de antibióticos?
No hemos analizado la causa fundamental de esta tendencia, hipotetizando no podemos atribuirlo a una sola razón. Nuestra Estrategia Global sobre RAM tiene cuatro pilares de acción: aumentar la concienciación y comprensión, fortalecer la vigilancia e investigación, apoyar la buena gobernanza y el desarrollo de capacidades, así como fomentar la implementación de nuestros estándares internacionales. Hemos estado trabajando con nuestros países miembros en su implantación desde 2016, y probablemente sea por la combinación de todas estas acciones a nivel global, regional y nacional lo que haya producido esta disminución.
Algunas observaciones:
Hasta el 60% de nuestros países miembros han implementado un Plan de Acción Nacional para frenar la RAM en el sector de la salud animal. Esta cifra es tres veces mayor que en 2016, cuando se lanzó el Plan de Acción Mundial sobre la RAM, que incluye el objetivo de reducir el uso de antimicrobianos en todos los sectores. Por lo tanto, el establecimiento de regulaciones específicas podría haber tenido una gran influencia en esto.
Hay dos regiones donde los sistemas de vigilancia están más consolidados y la disminución ha sido constante durante los últimos años. Estos son Europa y Asia.
En Europa (países de la UE y fuera de la UE), más del 70% han aportado datos de 2017-2019 que muestran una disminución del uso de antibióticos en animales. Muchos de estos países han estado monitorizando las cantidades de antimicrobianos durante más de una década y, en consecuencia, han estado analizando sus datos y produciendo informes valiosos para guiar sus decisiones sobre el uso de antimicrobianos. Además, la mayoría de estos países también forman parte del proyecto ESVAC, que proporciona una visión general de la UE a nivel nacional. En el informe que analiza los datos de 2019, se afirma que: “Para los 25 países que reportaron datos de ventas a ESVAC para cada año desde 2011 a 2020, se registró una disminución general en las ventas del 43,2% (mg/PCU)”, lo que es consistente con los datos que recibimos en la OMSA. (Nota: el informe ESVAC de 2021 muestra una disminución del 47% para estos países).
Al igual que en Europa, en Asia, más del 70% de los países que proporcionaron datos entre 2017 y 2019 informaron de una reducción en los antibióticos destinados a animales. La mayoría de estos países comenzaron a recopilar datos cuando lanzamos ANIMUSE en 2015 y ya llevan alrededor de ocho años recopilando y perfeccionando sus sistemas de recopilación de datos. Todavía queda trabajo por hacer, pero podemos ver que estos países generan informes nacionales, analizan sus datos y están ansiosos por avanzar y poder utilizar su análisis de datos en la toma de decisiones pronto.
En otras regiones, como África y América, algunos países están disminuyendo sus cantidades. Esto podría indicar que se han tomado decisiones basándonos en sus informes a la OMSA. Sin embargo, los datos están dispersos y aún se están consolidando a medida que sus sistemas de recopilación de datos se vuelven más sólidos.
Además, seguimos fortaleciendo nuestras campañas de sensibilización, como se muestra en nuestro renovado portal web sobre la resistencia a los antimicrobianos, que incluye materiales para profesionales y ciudadanos preocupados. Finalmente, continuamos trabajando estrechamente con los países miembros para desarrollar capacidades técnicas en el análisis de datos y la toma de decisiones, y nuestros estándares internacionales siguen evolucionado en constante diálogo e intercambio con nuestros socios Cuatripartitos (FAO, PNUMA y OMS), implementando un enfoque One Health.
Como se ha mencionado, esto no es consecuencia de una única acción sino el fruto de un diálogo constante con todos los actores clave del sector de la sanidad animal. Los datos recopilados a través de ANIMUSE proporcionan evidencia de la voluntad de este sector de frenar la amenaza global de la RAM. Todavía no estamos en el nivel óptimo de uso responsable de antimicrobianos, pero estas cifras nos alientan a todos a continuar con nuestro trabajo y progreso.
¿Puede la vacunación ayudar a reducir aún más el uso de antibióticos en la ganadería?
La respuesta es simple y clara: sí, definitivamente.
Podríamos hacer un artículo completo sólo sobre este tema, pero permítanme resaltar sólo tres ejemplos.
Aunque probablemente esto esté fuera del objetivo de su artículo, me gustaría comenzar con uno de los ejemplos más destacados de un sector que a menudo se pasa por alto cuando se habla de salud animal: los animales acuáticos. Durante los años 80 y principios de los 90, en Noruega, el uso de antimicrobianos era muy elevado en el salmón del Atlántico de piscifactoría debido a problemas frecuentes con vibriosis de agua fría (Vibrio salmonicida) y furunculosis (Aeromonas salmonicida). Para enfrentar esta situación insostenible, los esfuerzos conjuntos de los productores, el gobierno y las iniciativas académicas de I+D llevaron al desarrollo de vacunas para esas enfermedades. Su implementación, junto con una mejor gestión sanitaria, dio lugar a una reducción drástica del uso de antimicrobianos: de un máximo de 876 mg/kg en 1987 a 0,15 mg/kg en 2020, lo que supone una reducción de más del 95 % (más detalles en la Figura 8). , p22, de este informe oficial noruego).
Probablemente más cerca del objetivo de su artículo, me gustaría resaltar el caso de la Fiebre de la Costa Este, también conocida como Theileriosis, una enfermedad protozoaria transmitida por garrapatas, una de las principales causas de mortalidad de terneros en grandes regiones de África oriental y meridional. Este informe publicado en Science en 2016 muestra el impacto positivo de implementar y adoptar estrategias de vacunación. El estudio muestra una disminución en el uso de antimicrobianos y beneficios al reducir la mortalidad del ganado y aumentar la producción de leche. En una región donde el 75% de la población se dedica a la ganadería a pequeña escala y el 80% de los hogares obtienen ingresos directos de la cría de ganado, el aumento de los ingresos gracias a la vacunación contra la Fiebre de la Costa Este les permitió mejorar la educación infantil y la compra de alimentos. La vacunación redujo el uso de antimicrobianos y contribuyó con al menos cinco de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (pobreza, hambre, educación de calidad, vida en la tierra e igualdad de género). Lectura inspiradora, te la recomiendo si aún no la has leído.
El tercer y último ejemplo que quiero destacar es la disminución del 67 % en el uso de antibióticos en granjas de cerdos de engorde cuando se utilizaron vacunas contra el circovirus porcino tipo 2 (PCV-2) en este estudio publicado en 2016. La razón principal por la que elegí este es porque completa la serie de vacunas bacterianas, parasitarias y virales. El paradigma tradicional es pensar en desarrollar vacunas contra los agentes que conducen a los antibióticos, las bacterias. Sin embargo, el uso de antibióticos también puede reducirse mediante la vacunación contra otros agentes infecciosos además de las bacterias, ya que mejoran la salud animal, reduciendo la necesidad de utilizar antibióticos con fines preventivos.
En este sentido, cabe mencionar dos informes que la OMSA publicó en 2015 y 2018, priorizando aquellas enfermedades animales para las que las vacunas podrían reducir el uso de antimicrobianos en los animales. La vacunación en salud animal todavía no es la norma, y actualmente estamos trabajando y abogando por fortalecer la investigación y el desarrollo en esta área, que de alguna manera está huérfana de financiación. Según un informe generado por el R&D AMR Hub en 2021, menos del 10% de las inversiones totales en I+D para la RAM se utilizan en salud animal. Dado el amplio espectro de especies y enfermedades animales que cubrimos, esta tasa de inversión no es adecuada para proporcionar resultados exitosos y, por lo tanto, una implementación efectiva de las estrategias de vacunación animal.
Espero que estas líneas te hayan convencido de mi sencilla respuesta inicial: ¡sí, definitivamente!
¿Es la ganadería el principal origen de la resistencia a los antibióticos?
Uno de los mitos más comunes en torno a la resistencia a los antimicrobianos podría motivar su pregunta: «Se utilizan más antimicrobianos en animales que en humanos».
Pues la verdad es que hay muchos más animales que humanos en la tierra. El peso global de los animales es mucho mayor que el de los humanos. Es lógico que la cantidad total de antimicrobianos utilizados en los animales supere a la de los humanos. Sin embargo, si se desea comparar el uso de antimicrobianos en animales y humanos, se debe utilizar un indicador comparable, utilizando la biomasa como punto de referencia en lugar del peso global. Actualmente, sólo unos pocos países están aplicando esta metodología para hacer estimaciones justas. Y en algunos casos podemos observar que el uso de antimicrobianos expresado en mg/kg en humanos es mayor que en animales.
Además de eso, debemos tener en cuenta que la RAM es un fenómeno impulsado por mutaciones aleatorias y selección natural. Algunas bacterias también pueden compartir material genético con otras bacterias, lo que aumenta la propagación de la resistencia entre poblaciones bacterianas, en humanos, animales, plantas y el medio ambiente. El uso inadecuado de antimicrobianos acelera enormemente la resistencia a los antimicrobianos, ya que pueden ejercer una presión selectiva para que las bacterias con rasgos de resistencia sobrevivan y prosperen.
Dado que los antimicrobianos se utilizan en humanos, animales y plantas, la resistencia a los antimicrobianos no puede atribuirse a un solo sector. Es una cuestión intersectorial One Health que nos afecta a todos. Dado que la salud humana, animal y vegetal están interconectadas, las soluciones también deben surgir de la cooperación multisectorial. Este interesante informe, publicado en 2016, proporciona más detalles sobre los mecanismos y motores de la resistencia a los antimicrobianos en diferentes sectores.
La OMSA está trabajando con sus socios cuatripartitos para expandir la práctica del análisis integrado en todo el mundo. Esto permitirá a los gobiernos tomar decisiones intersectoriales basadas en evidencias, asignando recursos donde sean necesarios para un uso más responsable de los antimicrobianos (es decir, campañas de vacunación, mejora de la bioseguridad, estrategias de infección, prevención y control).
Fuente: Artículo original de la European Livestock Voice
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