Avances en la lucha contra la infertilidad
Artículo técnico publicado en el nº 255 (may-jun 2023) de la revista Frisona Española
En 1984 se alcanzó la cifra de un millón de vacas en el programa de inseminación artificial en Es-paña. Se había producido un desarrollo titánico en poquísimos años, lo que permitió que la oferta de leche y productos lácteos alcanzase a toda la población.
Tan solo hacía 15 años de la creación de la Dirección General de Ganadería y la Agencia de Desarrollo Ganadero (1969) que tuvo como finali-dad la importación de vacas, para la entrega a los ganaderos, y de sementales para los Centros de In-seminación Artificial. Antes de su creación solo el 15 % de las vacas eran de aptitud lechera mientras que en 1975 ya representaban el 55 % del total de vacas reproductoras en España.
La importación de las vacas y, sobre todo, la im-plantación de la inseminación artificial dio lugar a una mejora de la ganadería lechera, tanto en sani-dad como en productividad que llega hasta nues-tros días.
En los primeros tiempos solo podían inseminar veterinarios “oficiales”, funcionarios o habilitados por estos, que habían realizado una formación ofi-cial. El semen congelado se lo suministraban los Centros Oficiales de Inseminación Artificial. Poco a poco fueron llegando empresas privadas que importaban semen y los veterinarios de ejercicio libre primero y los ganaderos después, comenzaron a in-seminar, terminando por desaparecer los insemina-dores oficiales.
El problema de la mala fertilidad
Cuando un ganadero veía una vaca en celo llamaba al veterinario para que la inseminara. Si al explorarla vaginalmente el moco vaginal era puru-lento se “lavaba”, introduciendo con un catéter algún antibiótico o desinfectante que, en ocasio-nes, eran fórmulas caseras.
Si la vaca hacía celos irregulares y se diagnosti-caba de quistes ováricos, se le hacía algún trata-miento para estos quistes. Poco más se hacía en lo que a problemas reproductivos se refiere.
El sistema perduró mucho tiempo pese a que no se actuaba sobre las causas de los problemas. Poco a poco se empezaron a hacer visitas regulares a las granjas intentando controlar la reproducción. Explo-rábamos la vagina de todas las vacas tras el parto para “lavarlas” tempranamente y que cuando se las fuera a inseminar ya hubieran “limpiado”. Se ex-ploraban los ovarios al final del periodo de espera voluntario para poder tratar tempranamente los quistes ováricos en caso de que los tuvieran. Ade-más, comenzó a diagnosticarse la gestación, pri-mero por palpación rectal y después con ecógrafo, para inseminar las vacas no gestantes de nuevo lo antes posible.
Si quieres leer el artículo completo, puedes descargarlo desde este enlace o también desde "Documentos".
Artículo técnico publicado por Juan Vicente González Martín y Raquel Patrón Collantes en el número 255 de la revista Frisona Española, correspondiente a los meses de mayo y junio de 2023.
Enlaces
-
YoutubeSuscríbete al canal de YouTube de CONAFE - Frisona Española
-
FacebookSíguenos en la página en Facebook de CONAFE - Frisona Española
-
TwitterSíguenos en el Twitter de CONAFE - Frisona Española
-
InstagramSíguenos en el Instagram de CONAFE - Frisona Española