#RealidadGanadera: El veganismo no es sinónimo de mejor salud
Campaña en la que colabora CONAFE junto a otras instituciones del sector ganadero
Ser vegano no significa tener una dieta saludable y además ello conduce a un mayor consumo de alimentos ultraprocesados.
Estas son las conclusiones del estudio “La asociación entre los patrones dietéticos veganos y la actividad física: una encuesta transversal en línea” publicado recientemente en la revista científica Nutrients, que ponen de manifiesto una discrepancia entre la apariencia y la realidad de las dietas veganas.
Existe una importante percepción pública de que las personas veganas se preocupan más por su salud. Sin embargo, el grupo de investigación dirigido por Maria Wakolbinger y Sandra Haider, del Centro de Salud Pública de MedUni Viena, examinó los patrones dietéticos de los veganos en combinación con su conducta de ejercicio físico.
El análisis mostró que los veganos hacen más deporte y actividad física que el resto de la población, lo que puede distorsionar los estudios que buscan evaluar exclusivamente la relación entre la salud y dieta. Se sabe que una dieta equilibrada y una actividad física suficiente tienen efectos positivos para la salud, pero la relación entre una dieta vegana y los niveles de actividad física está poco estudiada.
Para investigar esta laguna en la bibliografía, los investigadores realizaron una encuesta transversal en línea entre 516 participantes veganos con una edad media de 28 años que habían sido veganos durante al menos tres meses cuando comenzó el estudio, sabiendo de antemano que los individuos con un estilo de vida “vegano” practican deporte y actividad física con más frecuencia que la media.
Sin embargo, el consumo generalizado de alimentos procesados por parte de este grupo no puede clasificarse como beneficioso para la salud. Los beneficios de los alimentos de origen vegetal para la salud son bien conocidos, pero también hay que tener en cuenta en este ámbito el grado de procesado de los alimentos consumidos. De hecho, a pesar de los beneficios para la salud de una dieta basada en plantas, no todos los alimentos veganos pueden considerarse saludables.
Los cereales refinados, las bebidas azucaradas y edulcoradas, los aperitivos y los productos de confitería pueden considerarse «de origen vegetal», ya que sus ingredientes proceden de plantas, pero siguen estando clasificados como alimentos ultraprocesados. Estos productos ultraprocesados también pueden encontrarse en las dietas modernas basadas en plantas o en el veganismo, y su consumo se asocia a una mayor mortalidad por todas las causas.
Un estudio transversal descubrió que no todas las dietas vegetarianas son necesariamente saludables debido a los posibles efectos negativos de los alimentos ultraprocesados sobre la calidad nutricional, ya que los veganos presentaban el mayor consumo de alimentos ultraprocesados en comparación con los consumidores de carne.
Otro estudio denominado “El análisis de patrones de alimentación vegana revela patrones saludables y no saludables dentro de la dieta vegana” demostró además que las dietas veganas varían sustancialmente en su calidad, ya que algunas dietas veganas consisten en grandes cantidades de alimentos procesados y ultraprocesados.
Según una encuesta transversal “Asociación entre sobrepeso y consumo de alimentos ultraporcesados y bebidas azucaradas entre vegetarianos” realizada entre vegetarianos y veganos brasileños, el 41% de los veganos consumían bebidas azucaradas a diario. Además, se descubrió un vínculo entre el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de sobrepeso en veganos y vegetarianos. Pocos estudios publicados han abordado el aspecto de la heterogeneidad de la dieta vegana, pero los que lo hacen indican que las dietas veganas varían significativamente en calidad.
En este nuevo estudio titulado “La asociación entre los patrones dietéticos veganos y la actividad física: una encuesta transversal en línea”el equipo de investigación identificó dos patrones dietéticos en el estilo de vida vegano: el grupo de «conveniencia» y el de «consciente de la salud».
El patrón dietético identificado como de «conveniencia» representaba el 53%, y se caracterizaba por un mayor consumo de alternativas procesadas de pescado y carne, aperitivos salados veganos, alimentos procesados, salsas y condimentos, pasteles y galletas, dulces y postres, comidas precocinadas y snacks, zumos/batidos de frutas y cereales refinados.
Por el contrario, el patrón dietético «consciente de la salud» representaba el 47%, y se caracterizaba por un mayor consumo de verduras, frutas, alternativas proteicas como el tofu, alternativas lácteas, patatas, cereales integrales, aceites y grasas vegetales, y cocinar con ingredientes frescos y crear recetas.
«Los efectos negativos de los alimentos procesados industrialmente sobre la salud han quedado ahora claramente demostrados en los estudios», subraya Maria Wakolbinger, autora principal del estudio “El vegano no se preocupa intrínsecamente por la salud”.
«Las personas que consumen una dieta mixta tienen un 29% más de riesgo de mortalidad por todas las causas, sobrepeso u obesidad hasta en un 51%. Las respuestas sobre nutrición mostraron que vegano no debe equipararse a ‘saludable’.
El estudio también demostró que la población vegana es heterogénea en cuanto a la práctica de ejercicio físico.
Las personas con un patrón dietético de “conveniencia” tenían probabilidades significativamente mayores de ser más sedentarios y de no cumplir las recomendaciones de actividad física saludable. Este estudio sugiere la heterogeneidad de las dietas veganas y que los patrones dietéticos deben diferenciarse, ya que también difieren en el nivel de actividad física.
«El grado de actividad física entre los veganos es superior en general que el de la población media de Austria. Sin embargo, como demostró nuestro estudio, el grupo preocupado por la salud hace bastante más ejercicio que las personas que pueden asignarse al patrón de alimentación de conveniencia», explica la primera autora Sandra Haider.
El veganismo es una dieta basada en plantas con las restricciones más estrictas, que excluye todos los alimentos y subproductos de origen animal. Especialmente en los países de rentas altas, la población vegana está aumentando debido a su popularidad. Por ejemplo, la proporción de veganos en la población de Austria es del 2%.
El término «pudín vegetariano» se ha establecido para las variantes de alimentación vegetariana que son desfavorables para la salud, en las que, en lugar de carne, hay muchos dulces en el menú. «En consecuencia, el patrón de comida precocinada que determinamos podría describirse como ‘veganismo de pudín’, resumen Maria Wakolbinger y Sandra Haider.
Dado el auge del mercado de la carne vegana y las alternativas lácteas, que en Europa mueve 1.700 millones de euros, la contribución de este estudio es importante para concienciar de que el veganismo no es sinónimo de mayor salud.
Fuente: Artículo original de la European Livestock Voice
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