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Etxalar Tudela S.C.A.: genética y eficiencia como palancas de crecimiento
Redacción Revista Frisona

Etxalar Tudela S.C.A.: genética y eficiencia como palancas de crecimiento

Visitamos esta ganadería navarra del Valle de Yerri para mostraros cómo trabajan

El Valle de Yerri es el escenario de los más de 40 años de historia que protagoniza Etxalar Tudela SCA, una granja de vacuno de leche situada en el concejo de Zurucuáin (Navarra) y gestionada por Javier y Alicia, que con trabajo y dedicación han convertido una granja familiar en una explotación ganadera que fija población, dota de empleo a la comarca y apuesta por la mejora de la genética, la importancia de los datos y la eficiencia de recursos como palancas de crecimiento económico.

“Mis padres empezaron con una vaca para el consumo de casa y la leche excedentaria se vendía a algún vecino. Me acuerdo perfectamente cuando mi madre ordeñaba a mano. En aquellos años, mi padre se dedicaba más a trabajar el cereal en el campo”, explica Javier, dueño junto a Alicia de la granja de vacuno de leche Etxalar Tudela.     

Sin embargo, en el año 1979 su padre construyó una cuadra junto a la casa para 12 vacas. “Y ya hacíamos venta directa en Estella-Lizarra”, recuerda. “Mi padre continuaba con su trabajo en el campo, pero con las 12 vacas, la leche ya se convirtió en un ingreso importante en casa. La última vez que mi madre vendió leche fue a 70 pesetas” en el año 1989, recuerda.     

Vídeo: Visitamos la ganadería Etxalar Tudela SCA (Zurucuáin, Valle de Yerri, Navarra)

Javier dejó de estudiar con 16 años por una enfermedad que contrajo su padre, que desgraciadamente murió un año después. Entonces se quedó al frente del negocio, para tirar del carro, porque su madre, Presen, no podía encargase sola del trabajo en el campo, las vacas, la venta directa de la leche, etc. 

“Estaba haciendo una FP agraria que me hubiese gustado terminar y continuar los estudios, pero no fue posible. Mi madre siguió bajando a vender leche a Estella-Lizarra y, mientras tanto, nos animamos a ampliar e hicimos la primera nave fuera del pueblo. De las 17-18 vacas que teníamos pasamos a 40 vacas y unas 20 novillas, en estabulación libre con cama caliente. También dejamos de vender la leche como venta directa en Estella-Lizarra y comenzamos la entrega a la industria. Que fue un batacazo, no resultaba tan rentable como la venta directa”, señala Javier.     

Imagen aérea de la primera nave construida fuera del pueblo, origen de la explotación actual.

Recuerda cómo fueron “cogiendo un poco de aire” y en el año 2000 hicieron otra nave para recría, que luego modificaron para vacas en producción, en cubículos con paja. “Es donde están las 108 vacas que ordeñamos ahora”, agrega.     

Del 1989 al 2000 también hicieron un estercolero, pero sobre todo fueron unos años de muchísimo aprendizaje, como se encarga de subrayar Javier. “Yo no sabía ni ensilar, ni inseminar una vaca… Mi padre no ensiló nunca, siempre hacíamos forraje seco para las vacas. Las formas de trabajar eran distintas. Por lo que durante ese tiempo yo siempre me apuntaba a los cursos de formación que eran organizados por el ITG (Instituto Técnico de Gestión), actualmente INTIA (Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias), del que somos socios. Y poco a poco, junto con mis propias experiencias, fui aprendiendo, aunque siempre hay que estar formándose”, añade.

“Al principio yo no sabía ni ensilar, ni inseminar una vaca… Me apuntaba a todos los cursos de formación. Y poco a poco, junto con mis propias experiencias, fui aprendiendo. Siempre hay que estar formándose”, subraya Javier.

“En el 2010 creamos la sociedad. Si tenemos el trabajo compartido, la titularidad también tiene que ser compartida. Al incorporarme recibimos la ayuda de primera instalación y una ayuda por la compra de 30 vacas, que era el requisito para poder incorporarme. En aquel entonces también me dieron cuota de la reserva nacional, ya que era necesaria para poder producir”, añade Alicia.     

Etxalar Tudela S.C.A. entrega la leche a KAIKU Sociedad Cooperativa. En el 2013 comenzaron las entregas como aportadores y desde hace un año y medio aproximadamente como socios. En estos momentos, el precio con su producción mensual es de 340€/tn, más menos grasa y proteína. Tienen una producción de unos 32 litros de leche de media con porcentajes de grasa de 3,90 y de proteína de 3,25, aunque estos índices varían por meses.

La distribución de la granja     

En la primera nave que construyó Javier disponen de una sala de ordeño de 2 x 10 en espina de pescado. “Hemos hecho varias reformas, pero sigue estando donde empezó. Comenzamos con 4 puntos, luego 6 y ahora 10. Pero lo hemos ido adaptando en la misma sala”, añade. Anexo a la sala, en el resto de la nave se alojan un lote de novillas y otro de secas y novillas con parto inminente, en cama caliente.     

En la segunda nave -construida en el 2000 y reorganizada en el 2008- están las vacas de producción en cubículos con paja y con arrobaderas.     

Alicia y Javier explican que sustituyeron la cama caliente y pusieron cubículos para mejorar los problemas de mamitis que tenían en el rebaño, lo que consiguieron claramente. También están valorando instalar ventiladores para aumentar el confort de los animales en los meses calurosos de verano.     

En la ultima nave construida este pasado 2020 hay tres lotes de novillas, desde los 2 meses hasta que se inseminan, con 14 ó 15 meses si la condición del animal lo permite. Si la preñez es positiva, pasan al siguiente lote. En esta misma nave y en cabañas individuales están las terneritas, desde el nacimiento a los 2 meses.     

En el 2017 construyeron una balsa de purín, para tener capacidad durante el invierno. El sólido se queda en el estercolero de arriba (antiguo) y el líquido pasa abajo. El purín de abajo lo cargan con la cisterna y el estiércol de arriba con el tractor y la pala.     

En Etxalar Tudela S.C.A. no tienen planes de crecer en tamaño. “Para mí este tamaño es el adecuado. El objetivo es ser una granja más eficiente a través de la mejora de la gestión, del manejo de los animales y su rendimiento”, subraya Alicia.   

"El objetivo es ser una granja más eficiente a través de la mejora de la gestión, del manejo de los animales y su rendimiento”, explica Alicia.

Les preguntamos si al echar la vista atrás comenzarían de nuevo desde 0 y nos responden que “hoy en día hay que tener muchas ganas y afición para empezar de 0”. Y eso que Javier disponía de 17 hectáreas en propiedad, aunque ahora gestiona 54 hectáreas si se suman las tierras en alquiler. Sobre el trabajo en el campo Javier explica que más o menos cultivan 25 hectáreas de raigrás, otras 25 hectáreas de trigo y 4 hectáreas de veza con avena.     

“Para los forrajes de primavera nos autoabastecemos. Parte de guisante con avena y veza lo compramos a agricultores de la zona y el maíz para ensilar lo compramos a través de una CUMA (Cooperativa de Utilización de Maquinaria Agrícola) de ganaderos de Navarra de la que también somos socios”, indica.     

Disponen de un nutrólogo perteneciente a Kaiku, que es quien les formula las raciones dependiendo de los forrajes de los que se dispone en los diferentes momentos.     

Por ejemplo, para la ración de vacas en producción utilizan 11 kilos de pienso, 22 kilos de maíz, y 15 kilos de raigrás. Y cuando no hay raigrás lo sustituyen por el guisante con avena. Mientras que para la ración de vacas secas usan 3 kilos de pienso, además de guisante con avena y paja. “A las terneras de 2 a 6-7 meses les damos paja picada y pienso a discreción”, añaden.

¿Cómo se organizan?     

La granja actualmente está gestionada por Javier y Alicia. Ambos son los copropietarios de la sociedad a partes iguales desde el año 2010.     

“Actualmente estamos trabajando Alicia, Jorge y yo”, añade Javier.     

Jorge es el trabajador por cuenta ajena que lleva trabajando con ellos desde hace 10 años. Es el encargado del ordeño y del cuidado de las terneras principalmente.     

“Hacemos dos ordeños, a las 7 de la mañana y a las 6 de la tarde. En alguna ocasión hemos valorado el tercer ordeño, con el fin de aumentar la producción, pero no nos compensa en calidad de vida”, explican.     

“Hacemos dos ordeños, a las 7 de la mañana y a las 6 de la tarde. En alguna ocasión hemos valorado el tercer ordeño, con el fin de aumentar la producción, pero no nos compensa en calidad de vida.”

Alicia es la responsable de temas administrativos, además de sustituir a Jorge en la granja cuando descansa o tiene vacaciones, así como en épocas de más trabajo. Javier por su parte se dedica a los trabajos de la granja diariamente y a los del campo.     

El estiércol sólido generado se lo lleva una empresa que lo transforma en compost. El trabajo agrario les permite reaprovechar los purines devolviéndolos a la tierra como abono orgánico y enriqueciendo así la tierra.     

Además de ser asociados de AFNA, la Asociación Frisona de Navarra, y CONAFE, pertenecen a Orvalaiz, una cooperativa donde entregan el cereal.     

Servicios como la podología los tienen externalizados y tanto de la clínica como del reproductivo se encarga Albaitaritza, que les lleva el servicio veterinario de la granja al 100%.

Planes de mejora, ¿subvencionados?   

“En los cuatro últimos proyectos de mejora presentados nos hemos quedado fuera, por la forma en la que la administración navarra puntúa para dar subvención o no. Los requisitos establecidos tienen una puntuación y los que más peso tienen son primeras instalaciones, jóvenes que se incorporan, cultivos ecológicos o denominaciones de origen… Algo que nos parece bien, hay que ayudar a los que comienzan, pero los demás también seguimos en activo, con ganas de mejorar y teniendo que adaptarnos a nuevas normativas. Algo del reparto creemos que nos debería corresponder”, reclaman desde Etxalar Tudela SCA.     

“El forraje (guisante, veza, avena) que utilizamos en la alimentación del ganado es cortado y recogido antes de que las posibles malas hierbas cimienten los campos. Incluso compramos forrajes a otros agricultores de nuestra zona, que con el fin de cumplir el greening siembran forraje (leguminosas fijantes de nitrógeno). Con esa siega temprana que hacemos, reducimos el uso de herbicidas. Es la mejor práctica en la lucha contra las malas hierbas, que cada vez son más resistentes y problemáticas para los cerealistas” exponen entre otros motivos.     

"Nos encanta transmitir a nuestras hijas el amor por este mundo rural, por nuestra forma de vida y el valor del cuidado de nuestro entorno."

“Y por último e importantísimo, estamos fijando población en el mundo rural. Nos encanta transmitir a nuestras hijas el amor por este mundo rural, por nuestra forma de vida y el valor del cuidado de nuestro entorno. Por todo ello, este tipo de ganaderías creemos que deberían tener su correspondiente puntuación”, concluyen los propietarios de Etxalar Tudela cargados de razones.

Usuarios de todos los Servicios de CONAFE     

Como asociados de CONAFE, Etxalar Tudela SCA se beneficia de todos los servicios de la Confederación Nacional de Asociaciones de Frisona Española, participando en el programa ISAP de salud podal, al que aportan datos para beneficiarse de sus múltiples ventajas y descuentos, así como en los servicios de genotipado de nuestra asociación, desde hace 3 años, y de acoplamientos, desde que empezó el servicio.     

“Empezamos a hacer acoplamientos antes con otras empresas, pero hemos optado por probar con CONAFE porque nos parece un servicio imparcial. Creemos que en CONAFE no existen los intereses que pueden tener otras empresas privadas a la hora de elegir las dosis. Nosotros priorizamos que se mejore en ubres, luego en patas y luego en producción. En estos momentos es lo que más necesitamos”, explica Javier respecto a sus prioridades en la mejora genética de sus animales.

“Empezamos a hacer acoplamientos antes con otras empresas, pero hemos optado por CONAFE porque nos parece un servicio imparcial."

Respecto a la importancia de disponer de todos los datos posibles, “si al técnico le das la información que aporta el control lechero, el genotipado, la calificación, etc., tiene más posibilidades de hacer un acoplamiento más preciso a los requisitos demandados. Basándose en todos esos datos, descartará toros no adecuados a las exigencias de cada ganadería, enfocándose en los que mejoran”.      

Alicia también está muy segura de los beneficios de la genética. “Al final a granjas pequeñas como la nuestra les viene bien para mantener o mejorar producciones, y con el mismo número e incluso un número menor de animales. Lo que también repercute en el trabajo diario de la granja, en la gestión de purines, en la alimentación, etc. para de esta forma hacer la granja más eficiente”, agrega.

Planes a medio y largo plazo     

Sobre un posible relevo generacional en el futuro es algo que no descartan, pero que todavía no se plantean. “Nuestras hijas (Miren y Maite) por ahora están estudiando. Hagan lo que hagan, da igual a que actividad se dediquen, cada vez deben estar mejor preparadas y con ganas de seguir aprendiendo”, apunta Alicia.     

Como nos recuerda Alicia, sus planes a medio y largo plazo consisten en seguir mejorando la genética, el manejo en el día a día, las calidades de la leche, el bienestar de los animales y hacer un trabajo respetuoso con el medio ambiente.     

"Necesitamos el apoyo de la Administración y del consumidor final, que sepan valorar el esfuerzo que supone el trabajo de una ganadería. Somos los más interesados en conservar nuestro entorno. Nos encanta y además vivimos de ello, no tenemos interés en agotarlo.”

“Pero tiene que ser un esfuerzo colectivo de todos, necesitamos el apoyo de la Administración y del consumidor final, que sepan valorar el esfuerzo que supone el trabajo de una ganadería. Somos los más interesados en conservar nuestro entorno. Nos encanta y además vivimos de ello, no tenemos interés en agotarlo”, apostilla convencida.     

Por su parte, Javier señala que a él, a medio y largo plazo, le gustaría que su ganadería estuviera más ligada a la tierra, con un mínimo de una hectárea por vaca adulta. “El vínculo de ganadería y tierra está ahí, es claro”, subraya. Pero comprar tierras está complicado y la posibilidad de aumentar superficie sería con tierras alquiladas. En esta zona, con las rotaciones de cultivos se puede producir 6.000-7.000 kilos de trigo/ hectárea.     

En cuanto al futuro del sector ganadero, Javier apuesta por seguir mejorando la calidad de vida de los animales, la calidad de la leche y el medioambiente. “Si cumplimos eso a rajatabla, el consumidor cogerá leche de la estantería con gusto y satisfecho de consumir un producto y un trabajo comprometidos”, concluye.

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