Los lácteos contribuyen a cubrir parte de las altas demandas de calcio de las mujeres posmenopáusicas
Los lácteos y sus derivados se consideran fuente de calcio puesto que contienen como mínimo una cantidad significativa de calcio, un 15% de la cantidad recomendada (800 mg de Calcio) y, por ello, contribuyen a cubrir parte de estas altas demandas de calcio de las mujeres posmenopáusicas. Según datos extraídos del estudio INDICAD (2001), para asegurar una ingesta de calcio entre 1.200- 1.500 mg/ día, se deberían consumir más de 3 raciones de lácteos al día.
De acuerdo con la guía de la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) de “Recomendaciones para prevenir la obesidad y el sobrepeso y mantener un buen estado nutricional durante la menopausia” en la que se recomienda aumentar el consumo de calcio, reconoce como principales fuentes de calcio la leche, yogures y queso. No obstante, recomienda el consumo de productos lácteos desnatados o semidesnatados con el objeto de cubrir las necesidades de calcio sin excederse en el consumo de calorías diarias.
En el reciente estudio de la Fundación Española de Nutrición y el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino, se estimó que la ingesta media de calcio de la población española en 2006 fue de 871 mg/día, por debajo de las recomendaciones marcadas. En relación a estos datos, la Dra. Inmaculada Gil Canalda, Miembro del Grupo de Trabajo de Alimentación y Nutrición Saludable de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, ha señalado que “resulta imprescindible aumentar la ingesta de productos lácteos como fuente de calcio y en este sentido los lácteos fortificados en calcio pueden ayudar a esa adecuación de la ingesta.“
Menopausia
El cese definitivo de la menstruación en la vida de la mujer es la menopausia, lo cual viene a reflejar el agotamiento de la función de los ovarios. Efectivamente los ovarios dejan de ovular, la mujer pierde su capacidad reproductora, y disminuye la síntesis de hormonas femeninas (estrógenos).
Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, esta falta de estrógenos actúa sobre la mineralización del hueso y por ello, a estas edades, resulta importante una ingesta adecuada de calcio y vitamina D. Aumenta la pérdida de mineral óseo, lo cual puede no dar síntomas hasta que ocurre una fractura vertebral (aplastamiento vertebral), una fractura de cadera (a edades más tardías) o cualquier otra fractura sin un traumatismo suficiente que la justifique.
La pérdida de densidad ósea a partir de la menopausia es progresiva, y supone un 1-2% anual. Algunas mujeres ya habían perdido parte de su reserva de hueso antes de la menopausia, por lo que la menopausia supone para ellas un mayor quebranto.