La necropsia, la última oportunidad de saber qué le ocurrió a la vaca
Artículo técnico publicado en el nº 173 (Sep-oct 2009) de la revista Frisona Española
Te sientas en tu sillón a ver la tele por la noche, a hacer un poco zapping, ¿y qué es lo que te encuentras? una teleserie con una escena forense. Unos médicos forenses, a veces también policías criminólogos, examinan un cadáver en el lugar donde se encontró o en una mesa de disección en una sala de autopsias. Incluso los podemos ver “trabajando” diseccionando, extrayendo y estudiando los distintos órganos. Es por lo menos curioso este fenómeno de la medicina forense en la televisión, al extremo de que un compañero de una de mis hijas quería ser forense ¡con sólo 10 añitos! ¡qué horror!
Por otro lado, también podemos encontrar en la televisión diversos programas centrados en el trabajo de los veterinarios. Este quizás sea uno de los motivos por los que hay tanta vocación para estudiar veterinaria, especialmente entre las niñas. Y, sin embargo, la práctica de las necropsias entre los veterinarios no es frecuente. Con la excepción, claro está, de los veterinarios que trabajan para las compañías de seguros.
Antes de nada vamos a revisar el significado y el origen de dos palabras que empleamos a veces de manera indistinta: autopsia y necropsia. El término autopsia se emplea más en medicina humana, literalmente significa mirarse, observarse a uno mismo. Necropsia significa mirar a un cadáver. Por lo tanto, cuando se trate de animales, lo más propio sería hablar de necropsia y en personas autopsia, ¡aunque en ningún caso podamos observarnos a nosotros mismos!
Cuando estudiamos en la facultad las bases de nuestra profesión, nos dicen que las fuentes del conocimiento son tres: los libros, el animal vivo y el cadáver. Las tres son imprescindibles para un veterinario, pero aún más en la especialidad de medicina bovina, donde los medios técnicos para hacer los diagnósticos son menores que en pequeños animales o no digamos ya en medicina humana. Son menores por dos razones, por un lado porque el coste de muchas pruebas no es asumible y por otro, porque en ocasiones no hay tecnología disponible para una especie tan grande, me refiero sobre todo a métodos de diagnóstico por imagen como pueden ser los rayos X o la tomografía (TAC).
La realización de la necropsia es imprescindible para establecer un diagnóstico en los casos de muerte súbita. Lo que es especialmente frecuente en ganado de cebo, pero también en el ganado extensivo y en el ganado lechero (sobre todo en las novillas). Al no haber sido observado el animal enfermo y por tanto, no haber sido explorado, no hay otra manera de realizar un diagnóstico. Pero también resulta de utilidad en aquellos casos en los que la enfermedad se manifestó con síntomas extraños o con cuadros poco habituales. Así como en aquellos en que, pese a la exploración clínica y a los correspondientes análisis, no se llegó a un diagnóstico o en aquellos casos en los que, sin saber por qué, fallaron los tratamientos médicos o quirúrgicos. De manera que en todos los supuestos anteriores, la necropsia sería la única manera de poder sbaer lo que pasó.
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Artículo técnico publicado por Juan Vicente González Martín en el número 173 de la revista Frisona Española, correspondiente a los meses de septiembre y octubre de 2009.
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