Entrevista a Agapito Fernández (SAT Ceceño), tras otro triunfo de Ariel: "Lo importante es el camino"
Llinde Ariel Jordan, cinco veces consecutivas Vaca Gran Campeona Nacional
Hemos visitado S.A.T. Ceceño (Valdáliga, Cantabria) en numerosas ocasiones. Unas con motivo de alguna Escuela de Jueces, otras, la mayoría, para conocer de cerca a sus grandes campeonas: la primera, Llinde Líder Bruna, Gran Campeona de Primavera 2006. La segunda, Llinde Ariel Jordan, Gran Campeona desde 2019 hasta 2024.
A lo largo de estos años hemos visto crecer la familia de Agapito Fernández y Rosa Jiménez, cambiar de granja y aumentar el rebaño. Lo que nunca ha variado en este tiempo es la sencillez con la que comparten sus éxitos, la importancia que dan al trabajo diario y la valía que reconocen en los ganaderos más jóvenes, esos que son el futuro del sector y a los que, afirman, hay que mimar.
Nos reunimos con Agapito, su mujer, Rosana; su hija, Sara; y su nieto, Pablo, para hablar de todo esto y, por supuesto, de Ariel.
Satisfechos con los resultados del Nacional, muy contentos, no es para menos. Lo que pasa es que empieza a ser un poco rutina; no el ganar, sino la sensación. Sí es verdad que este año hemos disfrutado mucho de Ariel porque desde que estuvimos en Italia –Cremona International Livestock Show, noviembre de 2023, donde fue elegida Gran Campeona Holstein y Gran Campeona Suprema de Razas por segundo año– para acá no ha tenido ningún contratiempo.
Además –apunta Rosana– la hemos podido lucir mucho porque ha venido a verla una barbaridad de gente; gente relevante del sector mundial, de Colombia, de Italia, de Holanda… Sí, estamos muy contentos.
La primera vez que fue a un concurso fue con 6 o 7 meses, en el Open GandAgro 2012, en Silleda, donde quedó séptima de su sección. La llevamos con su madre (Llinde Arina Gavor EX94), que había ganado la sección de vacas jóvenes de hasta 30 meses en el Nacional de 2011, y que en Silleda también quedó séptima u octava. Luego fue a algún concurso por aquí, de ternera o novilla, pero sin hacer gran cosa. Cuando parió, el primer concurso en el que participó fue el de Galizano, donde quedó segunda o tercera. Creo que nunca ganó de primeriza.
Empieza a evolucionar a partir del segundo parto, cuando ya gana algún concurso en Cantabria y queda 3ª en la sección de 4 años del Nacional de 2015. Pero el paso importante fue con el tercer parto, que queda 3ª de vacas de 5 años en el Nacional de 2016 y, sobre todo, a partir del cuarto, a la vuelta del Open de Montichiari de 2017 y durante todo el 2018, cuando es nombrada Gran Campeona en Galizano, Treceño, Renedo y el Regional de Cantabria, y Gran Campeona Reserva del Nacional.
Ya en el segundo parto vimos que tenía una ubre espectacular, muy bien insertada, con muy buena textura y que iba a aguantar mucho. Pero también vimos que aún tenía que seguir evolucionando; siempre ha sido estrecha de pecho, le faltaba costilla delante y las patas eran rectas y un poco gordas. Todo eso se ha corregido con el tiempo. Lo normal es que con su propia evolución y con el trabajo que estamos haciendo con ella en alimentación y rutina de manejo, el pecho y la costilla se fueran corrigiendo, pero lo realmente sorprendente son las patas, que cuanto más madura es, mejor están. Ahora las tiene un poco más curvas y con el hueso más limpio.
Ha tenido 7 partos, que son pocos para su edad, pero tiene una explicación. Los tres primeros se hicieron con regularidad cada año y pico. El cuarto lo tuvo casi al cabo del año, en 2017. Entonces decidimos arriesgarnos y alargar para llegar a los siguientes nacionales –2018 y 2019– en el mismo parto. Vimos que la vaca aguantaba bien las lactaciones y que hacer dos años en el mismo parto podía ser una opción, siempre enfocándolo hacia los concursos. Y esta es la rutina que hemos seguido en los últimos años porque hemos visto que aguanta mucho la lactación –está haciendo ahora 40 litros y parió en mayo del año pasado– sin forzar la alimentación, con poco pienso y forraje y nada más, salvo 15 días antes del concurso para que suba de leche, porque es una vaca que ha alcanzado picos de 70 o más litros.
"Soñaba con tener una campeona de España y hemos ganado seis nacionales. Y seguiremos trabajando para conseguir ganar otro, porque creo que es lo que tiene que hacer cualquier persona: plantearse metas y luchar por ellas."
Aunque no fuera un gran animal de concurso querría tener en la ganadería animales como la Ariel, sin duda. Además, cada día estoy más convencido de que las vacas de concurso tienen que ser vacas equilibradas y lecheras. Si una vaca no es lechera, por buena que sea, vas a tener muy poco margen para tenerla en forma para un concurso, tiende más a engordarse, pierde textura de la ubre y es más difícil de preparar. La textura de la ubre es vital para la vaca lechera y la vaca lechera dura más tiempo en estado óptimo y te permite tener más margen para en una lactación, ir a más concursos.
Ariel, hija única de Arina, ha tenido 4 hijas: tres de parto natural y una de embriones. De primeriza parió una Xacobeo (Llinde Ariadna Xacobeo), que murió en el parto hace dos años. Luego tiene una King Doc (Llinde Artesa King Doc), que está aquí en la granja, de tercer parto. Ese año le hicimos embriones y sacamos una hija de Solomon (Llinde Ariza Solomon ET), que la tiene mi sobrino Germán, y de este último parto tiene una Delta-Lambda (Llinde Ariza Delta-Lambda), que fue a Italia y ahora, con 15-16 meses, está ya inseminada.
La que más se parece a ella es la King Doc, sus hijas (tiene un par con Admiral y otra con Spring) y una nieta son las que más se parecen a Ariel, son buenas, pero siempre sin compararla con la madre. Tenemos que entender que Ariel es una vaca especial y va a ser muy difícil tener otra como ella, aunque sus hijas sí están por encima de la media del rebaño. Y eso es bueno porque si miras hacia atrás, de todas las vacas buenas que han ganado, la mayoría no ha dejado grandes descendencias.
Ariel es buena en la pista, en la sala de ordeño y va a dejar buena descendencia. No a corto plazo, pero seguramente sí. Bueno, la genética tiene esas cosas, igual una hija o una nieta es normal y tres o cuatro generaciones después, te salta un animal especial que sale de la media. La Delta-Lambda que hay aquí ya ganó su sección en Cremona el año pasado, que no es tan fácil. Hoy día se le ha hecho lavado de embriones y está inseminada. Está un poco gorda y está pasando la transición que pasan todas las novillas; vamos a ver para qué da de sí, en principio tiene buena pinta.
Agapito Fernández (SAT Ceceño): "Me acuerdo mucho de mi padre, que me inculcó este amor por la ganadería, las vacas y los concursos"
Participar en el extranjero y conseguir estos éxitos es una experiencia que todavía no hemos asimilado del todo, porque trabajamos con ella todos los días y seguimos la misma rutina, pero sí vemos que cada vez tenemos más seguidores en las redes sociales.
Sí me he dado cuenta de que cuando sales fuera, la gente que tú has tenido como referente, ahora viene a verte a ti. No puedo decir que ahora yo sea un referente; normalmente son los que están arriba y siempre me he fijado en ellos, cuando eran joven y también ahora. Por ejemplo, hoy día en Canadá y EEUU los referentes son los Jacobs y en Europa están los suizos, los italianos y también estamos nosotros, porque los datos dicen que hemos ganado premios importantes.
Lo que me sorprende es eso, que toda la gente que he tenido como referente, ahora viene a preguntarme. Por ejemplo, cuando iba a las primeras confrontaciones, me fijaba en los peladores que había, porque me gustaba ver a los que estaban en primera línea. Cuando Marc Rueth preparó las vacas para España en el 2000, estuve muchas horas detrás de él viendo cómo trabajaba y el año pasado vino a pedirme un autógrafo… y te quedas un poco parado ¿cómo me puede estar pasando esto a mí? Esos detalles son cojonudos. Pero después vuelves a tu rutina normal y yo soy un ganadero más de los que hay en España, intentando ser mejor cada día.
En España no es que haya un ganadero, es que hay muchos. Lo que pasa ahora es simplemente que hay una vaca de las que marcan época a nivel mundial. No está bien que lo diga yo, pero lo están diciendo y, mirándolo desde fuera, es así. Y es bueno para todos: para nosotros, para Cantabria y para toda España y creo que los logros de esta vaca, tenemos que aprovecharlos todos. Cuando vamos a Italia no hablan de S.A.T. Ceceño, hablan de España. Para mí eso es grandísimo.
Si la reina de S.A.T. Ceceño es Ariel, sin duda el rey es el pequeño Pablo, que ya acompaña a su abuelo en las visitas a la Gran Campeona.
Ariel es una vaca que pone en valor el trabajo diario de la ganadería y no sé si por ella, por nuestra forma de hacer o por lo que estamos consiguiendo, podemos influir, motivar la gente joven; seguramente sí y es una de las cosas que más me enorgullecen. No somos mucho de contar qué es lo que hacemos, pero cuando me llama algún ganadero para pedirme consejo, porque es difícil llevar la rutina día a día, me enorgullece y más si es gente joven. En estos últimos nacionales que estamos viendo la cantidad de jóvenes que hay, que es uno de los mayores éxitos de los concursos, y habrá una parte que vaya motivada por seguir a la vaca y eso hay que aprovecharlo. Esto sí que me llena.
Los amigos empujan que es la leche. Eso es maravilloso. Llevo toda la vida yendo con Ivón Entrecanales a los concursos y llevábamos con nosotros a su hijo Adrián, a mi sobrino Germán y a Alberto Llera, como hacen ahora ellos con sus propios críos. Ahora son ellos, también como referentes a nivel europeo, los que siguen y te empujan.
Creo –apunta Rosana– que en lo que ellos –Adrián, Germán, Alberto…– se han convertido ha influido mucho lo que han visto casa, que trabajando y siendo constantes se consiguen grandes cosas.
Conseguir premios es maravilloso -coinciden los dos-, pero haber podido servir de inspiración a la gente joven que está trabajando hoy en el sector, lo es mucho más.
Ganar cinco nacionales seguidos es el broche, el resultado final de tu trabajo, que de otra manera, nadie ve; es así. Pero el camino para ganar es lo mejor. Trabajar todos los días, luchar contra las adversidades, estar siempre con la mente abierta para mejorar tu rutina, tu manera de trabajar, aprender cosas, ver lo que estás haciendo bien y lo que haces mal, cómo cambiarlo, hablarlo con Germán y Adrián… Esta lucha por intentar mejorar cada día y siempre tener la mente abierta para estar dispuesto a que cuando una cosa no va bien, hacer autocrítica y cambiar.
Ganar cinco nacionales seguidos es el broche, el resultado final de tu trabajo, que de otra manera, nadie ve; es así. Pero el camino para ganar es lo mejor. Trabajar todos los días, luchar contra las adversidades, estar siempre con la mente abierta para mejorar tu rutina, tu manera de trabajar, aprender cosas, ver lo que estás haciendo bien y lo que haces mal, cómo cambiarlo, hablarlo con Germán y Adrián… Esta lucha por intentar mejorar cada día y siempre tener la mente abierta para estar dispuesto a que cuando una cosa no va bien, hacer autocrítica y cambiar.
Creo que parte del éxito es eso; no pensar que porque ganas lo estás haciendo todo bien, puede ser también un poco de suerte, que también hay que buscarla. Tuvimos suerte al poder atajar a tiempo la enfermedad cuando Ariel estuvo mala, de haber acertado con las decisiones que tomamos, de que ella tuviera la voluntad para salir adelante. Nos quedamos con todo eso y no olvidamos que ser autocríticos y muy constantes.
Sabemos que Ariel tiene 13 años, sabemos que en cualquier momento se puede acabar, porque es así. Llevábamos desde primeros de año, pensando en que no la íbamos a inseminar más, que íbamos a dejar que descansara. Pero nos está sorprendiendo cómo va, se la ve joven y en buenas condiciones. Ahora, a corto plazo, lo que haremos será mantenerla así y si vemos que está bien y en condiciones de competir, iremos a Italia con ella y seguramente la inseminaremos.
La rutina de Ariel supone una hora y media más de trabajo en la granja al día por tener que apartar las otras vacas del robot cuando se ordeña, la limpieza de su box, la comida, etc. La alimentación es una parte fundamental; hemos hecho kilómetros y gastado dinero para que tenga un buen forraje, que es un poco más caro que el resto. Para los concursos, la variamos según nuestra experiencia, adaptándola a las necesidades de cada momento.
Hay un cúmulo de pequeños detalles que son los que suponen el éxito. Eso y como decía, ser muy autocrítico y tener la mente abierta a los cambios. La suerte está ahí y hay que buscarla. Trabajar mucho más no te garantiza ganar; luego hay muchos detalles que influyen: el transporte en el camión, que no se le pegue una mamitis, que no se dé un golpe, prepararla bien, que pase el escáner, que no falle la vaca ese día. Tienes que estar pendiente de todo eso, pero en un momento dado, las cosas pasan y ya está. Hay muchos riesgos en los concursos, pero también en el día a día.
No solo llega arriba el que más tiene, el dinero no hace ganadora a una vaca. Puedes comprar la mejor vaca del mundo y si no está en buenas manos, con una buena rutina, no va a ganar.
A nosotros la Bruna (Llinde Líder Bruna, Gran Campeona del Nacional de Primavera de 2006) nos enseñó muchísimas cosas, pero nada que ver con lo que sabemos y cómo trabajamos ahora. Los tiempos cambian y evolucionan y te tienes que adaptar. Coger la rutina buena y adaptarla a ti y a tus animales. No todo sirve para todos, también los animales tienen sus peculiaridades y hay que ir leyéndolos y adaptarte a ellos también en un momento dado.
La vaca del pueblo, en eso se ha convertido Ariel –dice Rosana–. Hay gente que no nos conoce, pero sí la conoce a ella.
Estamos agradecidos por todas las muestras de cariño y felicitaciones que hemos recibido. Sobre todo porque este año varias personas me han dicho que habían ido al Nacional para ver a Ariel. Eso te gusta y te da fuerza, pero también te mete una presión extra. Va mucha gente que espera verla ganar; no puedes fallar y a mí me genera más presión fallar a la gente que ganar o no. Está claro que Ariel ya no tiene que demostrar nada, pero el que vaya gente a verla y no la vea ganar, crea presión. Nos ha acostumbrado a ganar, pero en cualquier momento puede dejar de hacerlo.
Yo disfruto todos los días porque trabajo en lo que siempre soñé y he tenido siempre más de lo que nunca soñé. Siempre me gustaron los animales y el trabajo de la granja y desde pequeño quise ganadero, luché por eso sueño y ahora he tenido la suerte de estar recompensado. Soñaba con tener una campeona de España y hemos ganado seis nacionales. Y seguiremos trabajando para conseguir ganar otro, porque creo que es lo que tiene que hacer cualquier persona: plantearse metas y luchar por ellas. Yo he llegado hasta aquí con la ayuda de la familia y, sobre todo, por perseguir el sueño de ser ganadero.
Me gustaría mandar este mensaje a toda la gente joven que hay ahora: que encuentren su sueño y luchen por él. Y los que tenemos más experiencia, darles consejos y mimarles mucho para que sigan adelante, porque son el futuro.
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