#RealidadGanadera Frank Mitloehner: “Para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero debemos hacer de los ganaderos nuestros socios, no nuestros enemigos”

Campaña en la que colabora CONAFE junto a otras organizaciones del sector

Remitido.- La UE no es el único lugar donde los objetivos climáticos son ambiciosos. Otro lugar famoso por ello es California, donde ya se han conseguido grandes logros en la reducción de emisiones ganaderas. ¿Cómo? No obligando a los ganaderos a abandonar el negocio, sino implicándolos e incentivándolos, confirmando que pueden ser parte de la solución para atajar el cambio climático, no el problema. Hablamos con Frank Mitloehner, profesor y especialista en calidad del aire de UC Davis, Universidad de California, y director del CLEAR Center sobre el gran debate de las emisiones.

¿California se ha fijado objetivos climáticos ambiciosos? ¿Cómo puede el Estado alcanzar estos objetivos de aquí a 2030?

Alcanzar una reducción del 40% de metano en California exige utilizar numerosas herramientas, como las de gestión del estiércol, las entéricas y los aditivos para piensos. Hay todo tipo de herramientas con distinta eficacia. Incluso la mejora de la eficiencia a lo largo del tiempo lleva a reducir el tamaño de los rebaños porque ahora producimos la misma cantidad de leche y carne con menos animales. Se trata, pues, de una combinación de distintos enfoques. La mejora de la eficiencia, el uso de aditivos alimentarios y la utilización de lagunas cubiertas para reducir las emisiones de estiércol. Esto nos llevará a una reducción de entre 7,6 y 10,6 millones de toneladas métricas. Y lo que tenemos que conseguir es 7,2. Así pues, prevemos que superaremos las reducciones exigidas por el Estado, pero eso sólo funciona si disponemos de las herramientas políticas adecuadas.

¿Cómo ha conseguido alcanzar estos objetivos? ¿Han implicado a los ganaderos?

Sí, pero con una peculiaridad. La mayoría de las veces, en todo el mundo, utilizan lo que yo llamo el enfoque de «la vara»: normas, reglamentos, multas y quizá impuestos para decir a los ganaderos que deben reducir las emisiones. Y si no lo hacen, les quitamos los animales o les multamos. En mi opinión, este enfoque no funciona. Al menos, no funciona bien. Aquí en California, utilizamos el enfoque de «la zanahoria», un enfoque voluntario basado en incentivos para recompensar económicamente a los ganaderos por reducir las emisiones. Tenemos un mercado. Si reduces las emisiones, puedes vender los créditos que obtienes en el mercado y obtener dinero por ello. Y eso animó a los ganaderos a participar. Por ejemplo, muchos ganaderos están cubriendo sus lagunas. Atrapan el gas resultante y lo convierten en combustible para el transporte. Esto ha reducido las emisiones de metano en 2,5 millones de toneladas métricas (MTM). Quiero recordarles que el objetivo del Estado es de 7,2 MMTCO2e. Hasta ahora, ya hemos logrado 2,5 en el sector lácteo, así que vamos por buen camino para alcanzar el objetivo fijado por el Estado.

Usted ha vivido y trabajado en Estados Unidos durante mucho tiempo, pero es alemán. ¿Qué opina de lo que ocurre en Europa? En lugares como los Países Bajos, por ejemplo…

En los Países Bajos, el objetivo reciente estaba relacionado con las emisiones de nitrógeno, principalmente con el amoníaco y el óxido nitroso. Planeaban eliminar un tercio de sus explotaciones lácteas y porcinas y comprar a los ganaderos. Pusieron 25.000 millones de dólares sobre la mesa, diciendo que querían comprar a los ganaderos para que abandonaran la producción. Si tú, como agricultor, decidieras hacerlo, te pedirían que firmaras un contrato y, en ese contrato, habrías declarado que nunca volverías a ser agricultor, ni tampoco tus hijos. No es especialmente atractivo para nadie ahí fuera. La gente estaba en la calle. Miles de granjeros estaban en la calle con sus tractores súper enfadados. Hubo elecciones generales en las que el Partido de los Agricultores se convirtió en el partido más fuerte. Ahora esas regulaciones y demás están bloqueadas. Tal vez el enfoque de la vara no funcione, en mi opinión.

Quizás esto también demostró que es un tema muy social y demostró la importancia social de la ganadería.

Pues bien, la población holandesa estaba del lado de los ganaderos. Demostraron en las urnas que no utilizarían medidas draconianas para eliminar a los ganaderos.

Volviendo al tema de las emisiones. ¿Dónde están, en su opinión, las principales oportunidades de reducción, tanto en la ganadería intensiva como en la extensiva?

Reducir las emisiones en las instalaciones intensivas es más fácil porque se tiene acceso diario a los animales. Por ejemplo, se les puede alimentar con aditivos alimentarios. También se tiene acceso diario al estiércol porque normalmente está concentrado, y se puede almacenar. Se puede tratar. Se puede hacer algo con él. En condiciones extensivas, donde los animales pastan, no se tiene acceso diario a ellos. Por ejemplo, en una explotación de ganado vacuno, los animales pueden acceder diariamente a cientos de hectáreas de tierra y el ganadero puede verlos de vez en cuando. Por lo tanto, no se tiene acceso a los animales todos los días, y desde luego no se tiene acceso a su estiércol porque cae donde cae. Eso no significa que no se pueda hacer nada en condiciones extensivas, pero es más difícil. La forma de hacer frente a las emisiones en condiciones extensivas es mediante la cría de animales con bajas emisiones. Existen programas de selección de vacas y animales con bajas emisiones de metano. En el futuro, eso será un hecho. Es probable que en los próximos años se introduzcan pequeñas cápsulas en el rumen de los animales.

Se llaman bolos y pueden contener un principio activo de liberación lenta que reduce el metano. Todavía no está en el mercado en todas partes, pero creo que lo estará en el futuro.

Entonces, ¿ambas formas de ganadería pueden ser sostenibles y reducir las emisiones? 

Por supuesto, pero seamos muy claros: no habrá un futuro en el que eliminemos uno de estos dos modelos generales, intensivo o extensivo. Ambos son necesarios para satisfacer las necesidades nutricionales y la demanda que las personas hacen de los alimentos de origen animal. Hoy en día, en el 98% de los frigoríficos estadounidenses se encuentran alimentos de origen animal. La gente demanda alimentos de origen animal. La cuestión es cómo producirlos de forma más sostenible y hacer de los ganaderos nuestros socios para conseguirlo, no nuestros enemigos.

Fuente: Artículo original de la European Livestock Voice

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