El bienestar en las granjas de vacuno de leche (VIII): El estrés calórico (2): Evaluación
Artículo técnico publicado en el número 250 de la revista Frisona Española
Introducción
Aunque quizá deberíamos haber formulado esta pregunta en nuestro trabajo anterior, el primero de esta serie dedicada al estrés calórico (EC), ¿por qué las vacas actuales sufren mayor estrés calórico que las que teníamos hace 30-40 años? ¿O es que, quizá, antes no se hablaba de ello? Es evidente que las vacas actuales producen mucho más calor, debido a su mayor peso y tamaño, su mayor producción y, por ello, a su elevado consumo. Podemos decir que son auténticas “estufas” (Figura 1). Y también es evidente que parecen tener mayor dificultad para eliminar calor, igualmente por diversas razones:
- Una gran parte de la producción lechera, precisamente la de mayor productividad, se concentra en zonas calurosas del planeta (Sur de Estados Unidos, Israel). También en España se da una elevada producción lechera en zonas de temperaturas elevadas.
- Las épocas de calor parecen tener mayor duración, extenderse a amplias zonas del territorio y ser más intensas. Cuando se escriben estas líneas se está en plena segunda ola de calor de este verano (Figura 2).
- Los alojamientos no siempre están bien diseñados, dimensionados y manejados (Figura 3).
Por tanto, es preciso dotarse de algunas herramientas para luchar contra el EC. La primera de ellas es saber qué estamos midiendo. La elaboración de índices para los animales de interés zootécnico, en general, y para el vacuno lechero, en particular, tienen el fin de proporcionar una herramienta para la toma de decisiones. En efecto, la gestión se basa en poder analizar parámetros que se puedan medir o contar y, en función de los valores que toman dichos parámetros, actuar en consecuencia, o previniendo para evitar situaciones indeseadas. Por eso, el análisis y evaluación del estrés calórico debe basarse en cifras, resultado de mediciones, y es lo que vamos a tratar en el presente trabajo.
Como ya se comentó en un artículo anterior (Frisona Española nº 249), las vacas lecheras prefieren valores térmicos entre 0 y 24 ºC, pudiendo mantener su producción incluso a temperaturas de -10 ºC. Sin embargo, estos animales empiezan a experimentar estrés por calor a una temperatura de 25 ºC, con niveles normales de humedad relativa.
Si quieres leer el artículo completo, puedes descargarlo desde este enlace o también desde "Documentos".
Artículo técnico publicado por Antonio Callejo Ramos en el número 250 de la revista Frisona Española.
Todos los artículos de esta serie sobre bienestar animal:
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (I): Concepto de bienestar
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (II): el estrés
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (III): Evaluación del bienestar (1)
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (IV): Evaluación del bienestar (2)
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (V): Evaluación del bienestar (3)
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (VI): Evaluación del bienestar (y 4)
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (VII): El estrés calórico (1)
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (VIII): El estrés calórico (2): Evaluación
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (IX): El estrés calórico (3): Síntomas y consecuencias
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (X): El estrés calórico (4): Métodos para reducirlo (1)
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (XI): El estrés calórico (5): Métodos para reducirlo (2)
- El bienestar en las granjas de vacuno de leche (XII): El estrés calórico (6): Métodos para reducirlo (3)
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